a veces siento, con una mezcla de resignación y tristeza, que soy aburrida.
aburrida es un apodo que me acompaña desde niña. lo he escuchado muchas veces, a veces directamente, otras en los gestos, en los silencios incómodos, en las bromas que los demás hacen creyendo que no me afectan.
muchas de mis interacciones, al ser autista, son limitadas. me cuesta iniciar conversaciones si no hay confianza, me cuesta mantenerlas si no hay interés. me divierto hablando de mis intereses especiales (la poesía, el cine, las miniaturas, el arte, la literatura, los pequeños detalles de las cosas), pero fuera de eso, me siento como una persona difícil de acompañar. no sé bailar, me da ansiedad salir, le tengo fobia a las fotografías, me pongo nerviosa con facilidad. no tengo esa soltura que tienen otras personas y lo sé. lo noto cada vez que alguien se aleja un poco o cuando en un grupo no tengo nada que decir y me preguntan por qué soy así. lo noto incluso en lo que los demás no dicen.
lo que me duele es que yo no me considero aburrida, solo no me divierto con las mismas cosas que la mayoría. no soy de risa fácil ni de juegos sociales; pero soy una persona curiosa, sensible, llena de ideas. me encanta hablar por horas si hay confianza, escuchar de verdad lo que el otro dice, observar; pero esas cosas no siempre cuentan en el mundo de afuera. no se consideran “divertidas” y eso me deja fuera. me hace sentir incompleta y rara.
lo irónico, o tal vez lo cruel, es que mi novio es todo lo contrario a mí. es alegre, espontáneo, carismático y hace reír a la gente. hoy salió con sus amigos y no puedo evitar sentir que se divierte más con ellos que conmigo. no porque me lo haya dicho ni porque me dé motivos, sino porque yo también lo notaría si estuviera en su lugar. a veces me pregunto si no se cansa de mi silencio, de mi seriedad, de mis ganas de quedarnos en casa porque todos los ruidos y luces y personas de afuera me sobreestimulan. me da miedo que nuestra relación esté destinada a fracasar por mi forma de ser, pero tampoco quiero fingir ser alguien que no soy. anoche mi hermana le preguntó, en tono de burla, cómo es que está conmigo si soy tan aburrida y aunque él se rió y dijo que no lo soy, a mí me dolió. mucho. porque no era la primera vez que alguien decía algo así. desde que tengo memoria, "aburrida" ha sido mi segundo nombre. aburrida, seria, amargada, melancólica, callada, como si fuera un defecto que no he logrado corregir.
y tal vez lo es. en la vida real, nunca he conocido a alguien que me considere divertida. soy buena amiga, quiero pensar. me gusta ver películas y luego hablar de ellas durante horas. me gusta escuchar, cocinar, dar consejos, aprender de los demás. me gusta recitarles poemas, pensar en voz alta, acompañar; pero más allá de eso, no soy divertida. no soy el alma de ninguna fiesta, no soy la persona que alguien busca cuando quiere pasarla bien y aunque lo entiendo, me duele.
hay días en los que desearía no ser neurodivergente. no por vergüenza, sino por cansancio. porque sé que muchas de las cosas que me hacen sentir diferente vienen de ahí. mi forma de estar en el mundo, mi forma de hablar, de moverme, de sentir. a veces quisiera tener esa facilidad para improvisar, para encajar, para reír sin pensar tanto. para que alguien, alguna vez, me diga: “¡eres muy divertida!”. solo eso. como un halago, como una palabra nueva en mi nombre.
no tengo consuelo y aunque trato de no compararme, a veces no puedo evitarlo. me comparo y siempre salgo perdiendo en eso. soy la que escucha mientras los demás hablan, la que se ríe por compromiso, la que se queda callada porque no sabe seguir el ritmo de una conversación. esa soy yo.
es algo que me da vueltas porque me comparo, aunque sé que no está bien. me comparo con personas extrovertidas, esas que saben siempre qué decir y cómo hacerlo y me siento menos. menos interesante, menos digna de compañía; pero lo más extraño es que, en el fondo, a mí también me aburren muchas de esas personas, aunque al menos ellas se tienen entre sí, se encuentran fácilmente y se entienden. en cambio, yo a veces siento que no encuentro personas como yo. y eso es lo que más duele, no encajar en lo cotidiano ni coincidir.
es difícil vivir en un mundo tan extrovertido y neurotípico. casi todo está hecho para la gente que habla fácil y que se adapta. y cuando una no puede seguir ese ritmo, lo más común es que la llamen aburrida. lo he escuchado tantas veces que a veces empiezo a creerlo. a veces, sin querer, me repito esa palabra como si fuera cierta.
pero no es tan simple. estoy trabajando en no creerlo del todo. en ver que mi forma de estar en el mundo también es válida, aunque no sea la más divertida.
tal vez escribir esto no sirve para nada. es solo que hoy no soy divertida. hoy de nuevo me siento como siempre: aburrida.
El concepto de aburrimiento viene del contexto de las personas pues si podría opinar con mucho respeto quiero decir que tus palabras me parecieron de todo menos aburridas a lo mejor es el trasfondo de como se ven las cosas, algunas personas pueden ser extrovertidas pero le gustan cosas introvertidas, no eres aburrida solo que las personas no están acostumbradas o no tienen el mismo gusto que nosotros, no sos aburrida solo sos una persona tan libre en un mundo donde todos son prisioneros de las tendencias.
Realmente me identifiqué, hasta tengo un borrador sobre el mismo tema.
El auto percibirme como alguien aburrida es un sentimiento que me acompaña desde que era muy chica e influye en cada relación que tengo. No importa si es en mi familia, en mi círculo de amigos o en el lugar en el que estudio, siempre termino por sentir que no encajo o que estoy aburriendo a las personas
siempre está el pensamiento de que se van a alejar por cómo soy. Estoy trabajando en aceptar que no tiene que ser algo malo.
Gracias por hacerme sentir comprendida 🫶🏼